🌹Cuando creo que busco amor… en realidad estoy buscando a Dios.
¿Alguna vez te ha pasado que estás mirando el móvil una y otra vez, esperando algo?
Una frase que te toque.
Un mensaje.
Una señal.
Un gesto de alguien.
Una confirmación que alivie ese vacío que a veces aprieta en el pecho.
A mí sí. Muchas veces.
Y durante mucho tiempo pensé que eso era “normal”.
Que todas esas pequeñas búsquedas tenían sentido porque yo necesitaba algo:
sentirme elegida, validada, amada.
Pero últimamente, en mi proceso, algo más profundo se empezó a mover.
Un día me detuve y me pregunté en silencio:
“¿Qué estoy buscando realmente?”
Y la respuesta me tocó el alma:
Lo que estoy buscando no es una frase, ni un mensaje, ni una persona.
Lo que estoy buscando… es volver a Dios.
💫 Ese anhelo que sentimos todos
Cuando sentimos soledad, vacío, miedo al rechazo, ansiedad por saber si el otro nos quiere o nos va a elegir… Cuando sentimos que necesitamos que algo o alguien nos diga “vas bien”, muchas veces no nos damos cuenta de que en el fondo no se trata de esa persona.
Ni de ese resultado.
Ni siquiera de esa historia de amor o de éxito que tanto queremos alcanzar.
Lo que verdaderamente anhelamos es volver a sentirnos conectadas.
A salvo.
En casa.
Y eso solo ocurre cuando estamos conectadas con lo divino, con nuestra alma, con Dios.
💔 El error que cometí (y que quizás tú también estás repitiendo)
Durante mucho tiempo, sin darme cuenta, puse el poder del amor fuera de mí.
Creí que si mi llama gemela me elegía, entonces yo valía.
Que si alguien estaba dispuesto a compartir su vida conmigo, entonces yo era válida.
Que si recibía validación externa, entonces mi camino tenía sentido.
Y claro… cuando eso no ocurría, me venía abajo.
Sentía que había algo malo en mí. Que debía estar rota.
Defectuosa.
Y todo eso me llenaba de culpa, tristeza, necesidad, dependencia emocional.
Hoy, con amor, puedo decirte algo:
No estás rota.
No tienes ningún defecto.
No estás vacía.
Lo que ocurre es que te olvidaste de quién eres.
🕊️ La verdad que lo cambió todo para mí
Un día, en medio de esa búsqueda, escuché a Dios que me dijo:
“Tú ya estás conectada.
Solo dejaste de escucharlo.”
Y eso me hizo detenerme.
Me hizo llorar.
Me hizo volver al centro.
Me di cuenta de que ese anhelo que sentía no era una necesidad “mala” o “débil”.
Era un llamado.
Una invitación a volver a casa.
Volver a mí.
Volver a Dios.
¿Y sabes qué más descubrí?
Que si Dios me creó, entonces yo ya soy suficiente.
No me falta nada para ser amada.
No necesito ganarme el amor.
Ni que otro lo confirme.
Dios no crea errores.
Y si Dios me creó, no puedo ser un error.
🌟 Volver a mí, volver al Amor
Desde ese momento, empecé a devolverme el poder.
Dejé de dárselo al mundo.
A las señales, a las frases, a las personas que me elegían (o no).
Y comencé a elegirme yo.
A caminar con Dios.
A recordar que el amor verdadero no me lo da nadie afuera: ya vive en mí.
Hoy quiero compartir esto contigo, no porque ya tenga todas las respuestas,
sino porque sé lo que se siente estar ahí.
Buscando fuera.
Sintiéndose desconectada.
Pensando que algo está mal contigo.
Y quiero decirte:
Tu anhelo no es debilidad.
Es guía.
Es tu alma queriendo recordarte que no estás sola.
💌 ¿Qué puedes hacer si esto te resuena?
Detente un momento hoy. Respira, cierra los ojos, y pregúntate:
¿Qué estoy buscando? ¿Dónde estoy poniendo mi poder?
Permítete volver a ti.
Aunque solo sea por unos minutos. Sin juicio. Sin necesidad de que “algo pase”.
Solo vuelve. Y siente. Dios está ahí.
Y si quieres que te acompañe en este camino, estoy aquí como psicóloga y coach de Ascensión en formación.
Escríbeme y cuéntame. 💌
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Con todo mi amor,
Encarni